Es de conocimiento general que nuestra universidad destaca dentro de las instituciones de educación superior a nivel nacional por ser una de las pioneras en implementar programas de inclusión dentro de sus vías de admisión, de todo el quehacer académico y de vida estudiantil. Todo esto con el fin de otorgar condiciones de equidad e igualdad de oportunidades para los alumnos en situación de discapacidad.
En nuestro país, existe un sello que distingue a las instituciones públicas y universidades que promueven la accesibilidad universal en el entorno y de los sitios web, sello denominado “Chile Inclusivo”. Es de gran inquietud preguntar ¿por qué si nuestra universidad destaca a nivel nacional por la inclusión que implementa no se le ha otorgado este sello? ¿aún la infraestructura de nuestra casa de estudios no alcanza los niveles de accesibilidad universal para nuestros compañeros?.
Ese es un cuestionamiento relevante a estudiar, ya que el acceso universal en la infraestructura de la educación superior, es uno de los índices que disminuye en un alto porcentaje los factores que generan la “situación de discapacidad”, definiendo esta como la vinculación entre cómo actúa el entorno y la situación en sí misma de la persona. Generar infraestructura inclusiva dentro de la universidad otorgará mayor autonomía en el uso de espacios para las personas con discapacidad, por lo que generar un proyecto de investigación que aborde esta temática es relevante y urgente para avanzar hacia una comunidad universitaria más inclusiva. Es menester señalar que la universidad al tener un rol público, debe garantizar el acceso universal a todos sus estudiantes en situación de discapacidad. Dejar de lado esta temática, se estaría contrariando los principios y valores de la universidad esto es, asegurar la participación efectiva de todo el estudiantado en el quehacer universitario.
Según el II Estudio Nacional de Discapacidad, se presenta una brecha en el acceso a la educación superior entre las personas sin discapacidad (34,4%) y con discapacidad (15%). Además, la deserción de personas con discapacidad es de 47.8%. Estas cifras señalan una problemática que afecta a muchos estudiantes en situación de discapacidad, pues afrontar una carrera universitaria sin contar con mecanismos de inclusión, genera que la opción de desertar de su educación sea la vía de escape. Por lo tanto, es sumamente vital contar con políticas de inclusión dentro la UC para que las personas con discapacidad puedan desenvolverse de manera natural y desarrollar su carrera universitaria de forma plena.
De esta forma, se iniciará un proyecto de investigación que aborde la problemática en la universidad con el fin de generar insumos que puedan identificar las falencias que presenta la infraestructura como también destacar los avances ya concretados. Esto permitirá avanzar hacia unos de los pilares esenciales de la discapacidad: acceso universal. Como comunidad universitaria debemos recalcar el valor participativo de todos, por lo que es primordial que la
inclusión esté presente en nuestra universidad. Por lo tanto, debemos velar que nuestros compañeros tengan acceso universal e igualdad de condiciones para el desarrollo del quehacer académico y de la vida estudiantil.